23 ago 2010

Día 4. Santa Cruz, California. 15 Mayo 2010.

Desde Muir Woods volvimos hacia San Francisco atravesándola por la parte oeste y disfrutando de una nueva perspectiva de la ciudad que no conocíamos.

Cogimos la Hihgway 1, una carretera que hace que por sí sola tenga sentido alquilar un coche para ir a la Península de Monterrey y al Big Sur. Es un camino plagado de acantilados, playas y calas perfectas.



Paramos en varios miradores para contemplar lo escarpado de la costa, los rompientes y la majestuosidad del paisaje.

El tipo de vegetación, la forma abrupta que toman las calas y la grandeza del Pacífico se conjugan para regalar postales que no caben en el objetivo de una cámara.. Es un paisaje que reconocemos, de hecho lo íbamos buscando porque de tanto verlo en pelis y series queríamos saber si es tan espectacular en directo, y es mucho más imponente. Los acantilados se siguen unos a otros, conducimos por el borde de todos ellos en una carretera que parece infinita, el paisaje es pura California, si no fuéramos en coche iríamos en velero para poder descansar en cada una de esas fotogénicas calas que parecen un paraíso virgen, un mundo aparte de las grandes ciudades.

Y tras varias paradas para admirar este paraíso natural sobre las 14.00 h aproximadamente llegamos a la playa de Santa Cruz que también puede verse en todo su esplendor desde distintos miradores, a cuál de ellos más extraordinario.

Había muchísima gente practicando mil deportes derivados del surf, algunos de ellos desafiando al océano practicando un deporte con tanto mimo que se diría que hacen arte.

Nos adentramos un poco en el pueblo con el coche por la parte de la costa, vimos el parque de atracciones en la playa, una atmósfera muy distinta a Santa Mónica pero también muy curiosa digna de ver. Por supuesto, para los que lo duden os aseguramos que la montaña rusa funciona perfectamente!


Allí la mayoría de tiendas son de Quicksilver, Rip Curl y similares, y exhiben en sus fachadas originales tablas de surf como un producto típico nacional. En esos lares la gente lleva su tabla bien protegida en fundas aterciopeladas como si fueran guitarras de firma. Sin duda hubiéramos comprado 2 pero no sabíamos en qué maleta meterlas..

Santa Cruz es un lugar ideal para veranear, el tiempo es muy apacible, más parecido al clima de Los Ángeles que al de San Francisco. Hay muchas playas donde elegir y el ambierte deportista y surfero, así como los numerosos restaurantes y bares hacen que haya muchas opciones de ocio para evadirse un poco, además el lugar promete amaneceres de ensueño.

Tras atravesar varias calles, la avenida principal repleta de restaurantes pero ni un sólo aparcamiento, y con todos los parkings que vimos a rebosar, decidimos hacer algunas fotos, grabar un poco con la cámara de vídeo y seguir adelante hacia Capitola, otro lugar no tan conocido pero que nos recomendaron.

Y así llegamos a una pequeña ciudad aún más hermosa que la gran Santa Cruz.

Todas las viviendas son plantas bajas de colores; es un lugar surcado por amplias avenidas, calles muy limpias y con una estructura urbana tan sorprendente como acogedora. No tenemos fotos de Capitola, sólo algún vídeo y muchos recuerdos..

Tampoco pudimos aparcar pero las calles estaban llenísimas de gente, incluidos los restaurantes, así que volvimos a coger carretera y acabamos en un área como de servicio en plan centro comercial donde había una especie de Whole Food Market muy famoso por allí y de la misma excelente calidad. De forma rápida elegimos algo de comer, bebida, unas pringuels americanas y continuamos el camino hacía Carmel.

Tras un rato de camino, en una colina con vistas a un faro situada en un bello acantilado entre playas de arena cubiertas de árboles, hicimos una "parada técnica" fisionómica en el sitio más hermoso donde hemos hecho una parada de este tipo.

Luego, sin ninguna excusa, volvimos a detenernos una y otra vez en algunos miradores hasta llegar sobre las 16.00 pm a Monterrey. Pero eso será ya en la próxima entrada, en la que os hablamos sobre la Península de Monterrey, sus increíbles paisajes y el Big Sur.

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