7 ago 2010

Día 2. Los Ángeles, Santa Mónica. 13 de mayo 2010.

Salimos de los Universal Estudios sobre las 15.15 pm y en un alarde de paciencia nos fuimos a Santa Mónica combinando metro y bus, llegamos sobre las 17.15 pm y eso que no había mucho tráfico, pero las distancias son larguísimas.















Nada que ver con las avenidas a las que estamos habituados aunque el largo trayecto también nos sirvió para ver la ciudad en plan tour bus, pasando por las zonas más conocidas de la ciudad.
















Nos gustaron mucho algunos barrios, y como habíamos visto tantas fotos de camino reconocimos distritos tan famosos como Beverly Hills y Rodeo Drive.














Julia Roberts en Pretty woman se lo tuvo que pasar en grande en algunas de las tiendas más caras del mundo, en esas en las que en ningún escaparate ponen los precios, ya os imagináis porqué. Allí está lo más selecto, lo último de Salvatore Ferragamo, Fendi, Bulgari, Cartier, Hermès, Roberto Cavalli, Valentino, Versace, Prada..

Todas las avenidas (allí dadas sus dimensiones, las "calles" no existen) tienen un sabor muy californiano, como de “serie americana” en plan Sensación de vivir pero con un aspecto mucho más actual y sugerente.

















Doy fe, porque lo vimos con nuestros ojos, que el flamante cartel no es atrezzo, es muuuy real!!














El colmo fue cuando llegamos a la playa de Santa Mónica.












Indescriptible.














Por cierto, aunque hacía un día estupendo, Santa Mónica me brindó la oportunidad de estrenar mi camiseta recién comprada de Abercrombie porque en la playa corría una ligera brisa y no iba a correr el riesgo de constiparme no?














Hemos visto muchas playas en nuestra vida, somos casi animales marinos del mediterráneo, y esa playa es, de lejos, la que mejor da a cámara.














Es que allí ves a la gente corriendo y te dan ganas de hacer footing también para correr por ese paraíso, sencillamente es un sitio con carisma en el que parece ideal alojarse si ya es tu segunda o tu vigésima visita a la ciudad.














Quizás es por sus históricos puestos de socorristas, tan recurrentes en Los vigilantes de la playa, o por los colores de su atardecer pero todo en su conjunto hace que ese lugar, que ese parque de atracciones tenga una luz especial..













Por allí lo mejor es pasear y disfrutar del ambiente californiano 100%.














Esa noria parece sacada de un rodaje, y el ruido cuando vas pisando las tablas de madera del largo paseo de Santa Mónica se entrezmezcla con el de las olas vapuleando por debajo la estructura que tantas veces sale en las pelis.



















Desde varias perspectivas podéis vislumbrar las extraordinarias playas de Venice y Malibú con sus puestos de socorristas de vivos colores.


















En Santa Mónica tenéis una oficina de turismo, puestos de diversos artículos (ropa, artesanía, complementos, fotos..) y varios restaurantes aparte de Bubba Gump que aunque siempre es una opción para cenar en este caso os recomendamos un restaurante con vistas donde podáis saborear los mejores productos del Pacífico.














A última hora de la tarde cada vez había más movimiento, y el atardecer iba cambiando el paisaje regalándonos otra cara de la belleza de Santa Mónica.

Después regresamos al hotel haciendo así el “tour nocturno”, con tanta suerte que nos confundimos y así pudimos ver algunas zonas distintas a las que habíamos visto a la ida.


Próxima parada.. Fin de fiesta en el Tropicana, bye bye LA